Y decían que no aguantaría... Tenían razón (Dougie)

Tal y como le había dicho a Logan y a Vanessa, los cuales se mofaron a mi cara, aquella tarde iba a coger mis patines de línea e ir a patinar a un caminito liso que había en las afueras de Los Angeles.

Llegué con la mochila al lugar indicado y me senté furiosa en un banco, colocándomelos mientras discutía conmigo misma, recelosa por su poca fé en mí.

-Como si Ash no supiera hacer deporte. Tampoco hay que estar muy en forma para poder patinar... Vale, soy una puta vaga. No hago nada. Nunca he ido a una extraescolar de deporte, ¿y qué? -siseé, sonriendo de medio lado mientras ajustaba los patines a mi rodilla, colocaba mi mochila en mi espalda y me recogía mi pelo castaño en una coleta, liso porque aquel mediodía me había pasado las planchas-. Pues mira, no pensaba hacerlo, pero por reírse de mí, lo haré -murmuré, decidida.

No había cosa que más me repateara que mis amigos se rieran de mí cuando decía algo completamente en serio -aunque, aquella vez había sido una broma que me había superado-.

Allí donde estaba, había muy poca gente. Era un lugar descononcido, pero perfecto para pasear a perros, ir a hacer jogging, andar en bici o, como yo, patinar... Habían árboles la mar de verdosos y un ambiente veraniego que apetecía mucho, por ello, me dispuse llena de decisión a hacer una larga ruta con mis patines, pero fue empezar y a penas recordaba cómo patinar.

Sentí algo de bochorno ante la mirada de unos ancianos, viendo cómo andaba torpemente. Por ello sólo pude parar, coger aire y seguir mi camino, intentando no toñármela contra alguna farola... Iba a durar. Claro que lo iba a hacer. Pensaba hacer... ¡Tres jodidas horas a patines! Claro que sí. Estaba tan decidida... Estaba tan segura que lo iba a conseguir y les daría una 'patada en el culo' a Logan y a Vanessa... pero no duré ni quince minutos. Ya estaba sudada, agotada y tirada en la hierba.

Que Dios me salvara...

Al tirarme a la hierba, me había dado por vencida. Me dispuse a desatar los cordones de mis patines, luego esa telita que cuando la despegabas de otra hacía "Crushshhshshhhh"... Y cuando me dispuse a desaflojar los ajustadores de plástico... Escuché a alguien hablándome.

Alcé la vista, molesta por el comentario de aquel hombre -aunque, pensándolo bien, hombre, joven, anciano... ni me había parado a pensar quién ni cómo era la persona que me estaba hablando-.

Aparté mis Ray Ban negras de mis ojos, bajándolas por el puente de mi nariz, y cuando me dispuse a contestarle con un 'zasca' y mandarlo a la santísima mierda, me di cuenta que aquella susodicha persona que me había hecho un comentario completamente... ¿Machista? Era nada más y nada menos que...

-Mira, guapo, ¿por qué no te vas un poquito a la...?

...¿Dougie Poynter? Alcé exageradamente las cejas, cerrando mi boca y mirando hacia ambos lados, algo cortada. Ja... Jaja... ¿Qué hacía Dougie Poynter ahí? ¿Concretamente en aquel sitio de Los Ángeles? Mira, había coincidido con todo tipo de personas pero... ¡Dougie Poynter! ¡Era mi miembro favorito de McFly! En definitiva, era imposible mandarlo a la mierda -aunque bien se lo habría merecido-... Recordé cómo aquella misma mañana estaba pensando en qué me depararía esta aburrida tarde tan deportiva. Pues ahora ya lo sabía: Encontrarme con él...

Sonreí de medio lado, casi a punto de reír entre dientes con algo de chulería, pero no lo hice, decidí contenerme, no sé por qué.

-Vaya... -murmuré, simplemtente-. ¿Qué hace alguien como tú, en un lugar como este?

Menuda pregunta, él podría hacer lo mismo. ¿Qué hago yo en un lugar como este? ¿Qué hace Ash en un lugar como este? Ahora vendría el chiste de '¡Capturar Pokémon salvajes!', pero si nos dejábamos de gilipolleces, la respuesta era simple: hacer deporte, la cosa que más odio, porque mi orgullo era demasiado alto.

Sonreí mientras tiraba de mis patines, con la intención de quitármelos, pero... pensándolo bien... No merecía la pena. Prefería volver a rueda que a pata. JAJA qué chiste, ¿eh? 'A rueda...'.

Tampoco es que yo fuera en mayas, como él había dicho... Pero, ahora que me lo preguntaba... ¿Tan mal iba en aquella ropa tan deportiva?

Me había quedado pensando en aquello. Siempre le daba vueltas y vueltas a todos los detalles, por muy pequeños que fueran. Y, entonces, escuché lo que Dougie decía y me sentí algo picada. Odiaba que la gente me reconociera por mis papeles en Disney. En definitiva, menos mal que había dejado la serie, porque sino no soportaría que a parte de conocerme por Sharpay de HSM, me reconocieran por Maddie de Hotel Dulce Hotel...

-Sí, soy yo. Por desgracia... -murmuré, cruzándome de brazos al intentar ponerme de pie y no conseguirlo.

Me quité las gafas del todo y las coloqué en modo diadema sobre mi pelo, recogiéndome así el flequillo castaño, que caía a un lado de mi rostro, hacia atrás. Miré desde abajo, desde donde estaba sentada, hacia Dougie y sonreí inocentemente, extendiendo las manos -aprovechando un poco, podría tocar a Dougie... Ay, la de veces que había babeado yo con mis amigas por él... ¡Y ahora lo tenía delante de mis jodidas narices! En aquel mismo momento, supe de más de una a la que daría envidia a partir de ahora...- hacia él.

-¿Me ayudas? -pregunté, parpadeando varias veces como Vanessa me había solido decir que tenía que hacer para captar la atención de un chico que me gustaba... Seguro que estaba yo ahí haciendo el mongui en vano, apostaba lo que fuera...

Me reí de nuevo por haberme topado con la hermana mayor de los gemelos rubios y odiosos. Realmente no era muy agradable para nadie haber salido en esa serie, pero claro el pasado, pasado está, como se suele decir ¿ no ? .

Me pidió que la ayudase a levantarse a lo que yo respondí asintiendo la cabeza mientras paraba de reirme, agarré sus manos y la ayude a incorporarse. Al hacerlo casí se cae de nuevo y como pude la agarré de los brazos para que no lo hiciera, hasta que finalmente lo conseguí y quedamos medio abrazados. Me reí de nuevo por la situación en la que estabamos, hoy estaba bastante risueño.

- Casi te escoñas, ¿ Eh ? -

Comenté. Resulta que bueno, tampoco se estaba tan mal abrazando, o casi haciendolo, a una chica y decidí que no le haría ningún daño el quedarme allí un ratito. Mas que nada lo hice por su bien, sabia que si la soltaba se volvería a caer así que la mantube abrazada a mi para que eso no pasase.

Sonreí algo más ampliamente, esta vez de verdad, cuando se ofreció a ayudarme. 'Menos mal...', pensé; 'Porque, si no, no sabría cómo podía haberme puesto de pie yo sóla...'.

Lo agarré de las manos, ante la nerviosa y extraña sensación que sentiría cualquier fan al ver a su ídolo, aunque, como yo lo tenía más que vividas aquellas situaciones, miraba aquello de otro modo, viviéndolo como otra experiencia...

-Graci... -comencé a decir, pero, de pronto, tambaleé hasta que pensé que mi trasero iba a volver a sentir el suelo, y esta vez de una manera igual de dolorosa que la anterior; pero él consiguió agarrarme antes de que me cayera otra vez.

Mis pies se doblaron hacia fuera, como cuando perdía el equilibrio y me costaba volver a ponerme recta, y yo no pude hacer otra cosa que agarrarme más a él por acto reflejo, lo cual hizo que me cortara un poco, poniéndome casi sonrojada, al percatarme de la situación.

Vi que él se quedó un buen rato quieto, como si esperara a que me moviera yo, y no él.

-Casi te escoñas, ¿eh? -dijo, riendo entre dientes, lo cual me hizo mirarnos de arriba a abajo, nerviosa.

Intenté mantener la compostura y pasé una de mis manos por mi flequillo, colocándolo tras la oreja.

-Sí, habrá sido la gravedad de la Tierra -dije, para escusarme, soltándome de él y tambaleándome de nuevo.

Conseguí mantener el equilibrio y, abochornada, lo miré con una sonrisita nerviosa.

-Estoy bien, no hace falta que me ayude nadie...

Acompañé a Dougie, algo abochornada por mi poco manejo de unos simples patines. De hecho, estaba tan avergonzada y tan llena de rabia, que al ver pasar a una niña de ocho años, si no me equivocaba, patinando con un genial equilibrio a toda ostia, pasándonos de largo y riendo y burlando al resto de sus acompañantes, la miré de una forma un tanto asesina, como diciendo '¡Corre, niñita, corre, ya te alcanzaré!'. Cuánto amor el mío hacia las próximas generaciones... ¿Eh?

Al final, me acabé hartando. Justo cuando Doug formuló su pregunta, bufé exasperada y recelosa, mirando mis patines y me paré, quitándomelos como pude, con calcetines incluidos y metiéndolos a la bolsa, me daba igual caminar descalza por la hierba con tal de no sacar mis chancletas negras desde el fondo de la bolsa... En fin.

-Bueno, pues ya ves cómo me va. Mal. Mal porque mis amigos me retan a hacer cosas estúpidas -exageré, pues en el fondo sabía que no lo hacían con malas intenciones pero... ¡Qué ostia! Me rallaba a veces demasiado con estupideces...

Suspiré, pensando que estaba metiendo la pata ante él. No lo conocía, pero sabía perfectamente que si a mí se me acercaba una tía como yo, la miraría raro y la habría mandado a la mierda hace ya mucho.

-Perdón, te estoy agobiando, ¿no? -en el fondo me sentía agradecida por su ayuda. Si él no me habría ayudado, habría acabado... ¿Quién sabe? ¿Cayéndome de un precipicio? ¿Rompiéndome el peroné, el cubito o algunas costillas? Bah, ni siquiera recordaba dónde estaban esos huesos...